Ahogaron mis sueños

Recuerdo cuando me pasó, fue en un día frío de Julio. Mi mamá me fue a comprar las zapatillas que quería – que a todo esto eran muy caras -. Ya me iba de una buena tarde de "Shopping", cuando en la entrada trasera del centro comercial había una persona, que estaba recogiendo los cartones, las sobras de este establecimiento, y esas sobras le servían para sobrevivir: su ropa era muy sucia y maltrecha, además estaba con ropas muy ligeras y aquel cartonero era de edad ya muy avanzada para soportar ese arduo trabajo sumándole también el crudo clima de Puerto Montt.

Esa imagen me dio vueltas día tras día y me hacía caer en reflexiones tales como: ¿cómo puede ser que yo me ande comprando zapatillas (algo sólo para comodidad), mientras otra persona no tenía nada que comer y con qué vestirse para soportar este clima adverso? ¿Por qué no hice nada para ayudar a esa persona? ¿Me dio asco? ¿por qué hay tanta diferencia, si los dos somos seres humanos?.

Al pasar de los días esa imagen mordía mi conciencia sin dar respiro alguno, malogrando un plácido sueño (a todo esto, ¿cómo dormía ese viejito?). Conversando con mis amigos me di cuenta que no todos pensaban igual que yo y que solamente unos pocos tenían ganas de hacer algo: de tratar de eliminar la pobreza del mundo, de hacer algo para que la gente no tenga condiciones de trabajo tan indignas, para que en verdad el trabajo dignifique el hombre, de cambiar al mundo que permite que hayan personas pasando miseria y hambre.

Así que hicimos un grupo para cumplir todos los ideales mencionados anteriormente. Con ese grupo tratamos de organizar una campaña para dar de comer a unos niñitos en un campamento, pero con nuestro dinero, solo pudimos comprar pocas cosas, así que tuvimos que recurrir a nuestros “mecenas” por decirlo de algún modo: Nuestros padres.

La respuesta fue como uno de esas emboscadas que hacen los ninjas de los dibujos animados: sorpresivo y mortal.

- ¡Cómo se te ocurre que voy a estar dándole plata a esos delincuentes! – me dijo mi mamá. Como si vivir pobre fuera pecado.

- Lo siento hijo mío, estamos pasando por un momento muy difícil en la casa, las cuentas nos están ahogando – respondió mi padre, con una forma más bonita de decir la misma verdad: los pobres son flojos y tienen que esforzarse (pero ni dicen cómo, ni bajo que situaciones, ni a qué precio) para salir adelande.

¿que no se esfuerzan lo suficiente? Como si despertarse a las 6 de la mañana y trabajar de sol a sol por un mísero sueldo, que con fortuna alcanza para sostener a la familia no fuera suficiente. Como si tener que comer dos veces al día solamente para que los niños de algún obrero puedan comer no fuera suficiente. Esto está mal. ¡Debo cambiarlo!. De algún modo, pero hay que cambiarlo, tal vez lo que esté viendo sea solamente la punta del iceberg. Puede que haya toda una máquina que creó el hombre para oprimir al hombre, de una forma tan ingeniosa, que sólo unos pocos privilegiados o perjudicados (porque el sentir el dolor de la miseria humana, que se encuentra omnipresente, no es algo muy placentero) de ver, o sentir de que esto está mal.

Me encantaría hacer algo para cambiar este mundo: los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres. Y los medios de comunicación inspiran al consumismo. -si les cabe alguna duda vean el MTV y vean solamente la tanda comercial, a ver que tipo de ser humano proponen - a la vez que te hacen la imagen de aquel pobre que se dedica a robar y que pasa día por medio ebrio pegándole a su señora e hijos (no niego que existan, pero eso sí, son una minoria). Lavando el cerebro a la sociedad desde pequeña, siguiendo el sistema que te tienen planeado (es sólo con preguntar a la gente que está en mi colegio cuál es su sueño, la mayoría te responderá “estudiar en la U, sacar la carrera, tener mi casa, auto, esposa e hijos”) ¡pero qué es eso!.

Consultando con otras personas adultas, habían varios de ellos que tenían los mismos sueños que yo y que se resignaron a rebelarse contra el sistema y seguirlo, reprimiendo sus sueños, siendo subyugado por la "máquina" a serle su fiel esclavo.

Y así pasó, el sistema ganó, ahogando mi fervor adolescente de cambiar a este mundo que cada vez se pudre más y más, sumidos en la monotonía y haciendo imágenes, como la del cartonero que me inspiró a soñar tantas cosas, pan de cada día y dentro de la normalidad.

Cuento mi historia y ahora soy un Cirujano en la clínica Las Condes, operando a viejas pitucas que quieren verse más jóvenes (total, sólo la belleza exterior cuenta). ¿cuántos adolescentes como yo lo fui en un momento quieren cambiar el mundo pero el mundo “adulto” no se lo permite? Me gustaría que exista alguien que siga sus sueños hasta el final, que cambie al mundo, yo lo seguiría. pero yo no puedo ser ese, no puedo hacerlo, no es para mí.

Ésta fue mi creación literaria del año 2005, en la que pude ganar el primer puesto, de esa competencia, en la Semana Sanjavierina de dicho año, espero que sea de su agrado esta historia y las siguientes que publicaré en este Blog. Gracias por tomarse el tiempo de leerme, por favor crituquen y opinen (con fundamentos).